Entradas

M.Carmen Mórdom nos presenta Cómo nacieron las estrellas de mar.

♥Entrevista a M.Carmen Mórdom ilustradora del álbum ilustrado “Cómo nacieron las estrellas de mar” de la editorial Apublicar.

M.Carmen Mórdom es el nombre artístico de Mª Carmen Moreno Domínguez, ilustradora de la obra publicada en diciembre de 2018: “Cómo nacieron las estrellas de mar” primer volúmen de la serie “Cuadros que cuentan”. Nos encontramos con una editorial de Dos Hermanas (Sevilla), la escritora Mary Carmen Delgado Barranquero de Triana (Sevilla) y la ilustradora del Aljarafe Sevillano en concreto de La Puebla del Río (Sevilla). Creo que podemos hablar de talento sevillano al 100%.

 En esta entrevista vamos a destapar los talentos y virtudes de la ilustradora frente a la ilustración.

Como bien ha dicho la editora Asun Sánchez Monclova (editorial A Publicar), me llamo Mª Carmen Moreno Domínguez, he nacido, estudiado y trabajado en Sevilla. Me licencié en Bellas Artes (especialidad de Restauración de Arte) y después ya fuera realicé varios cursos de diseño gráfico y de ilustración. Tras acabar la carrera y trabajar a veces en temas de restauración de obras, ejercí como diseñadora gráfica durante muchos años en una pequeña empresa, tomando la decisión de dejar ese puesto  para intentar dedicarme a la ilustración, género que me ha enamorado.

Cuando empezó el boom de las redes sociales y comencé a tener encargos de pintura, diseño, exposiciones, sentí la necesidad de tener mi propia identidad artística, una página con mi trabajo, tarjetas, una “marca” por decirlo de alguna forma por la que me reconocieran (aunque aún estoy trabajando en un posible logo). Además mi nombre y apellidos me parecían muy comunes. Tengo una amiga artista que fundió sus apellidos y creó su propia marca y pensé ¿cómo quedarían los míos si hiciera lo mismo?  El resultado me encantó porque sonaba al “Señor de los Anillos” (del que soy  muy fan). Mórdom suena a Mórdor, me pareció original, más corto y que  la gente lo recordaría más.

En cuanto a mi recorrido profesional en este campo, he participado con alguna de mis ilustraciones en dos libros solidarios: Relatos Ilustrados de la antología Doñana es Arte para la ayuda a la reforestación de las zonas quemadas en el incendio y Hada de Estrellas, álbum ilustrado para ayudar en la lucha contra el cáncer infantil. También participo en el libro Luces de Bohemia ilustrado, de Mil coeditores.

Recientemente ha salido publicado con la editorial APublicar un álbum que he ilustrado y maquetado con el título Cómo nacieron las Estrellas de Mar, escrito por la autora Mary Carmen Delgado Barranquero. Cómo nacieron las estrellas de mar es el primer volúmen de la colección Cuadros que cuentan, una colección que contará mucho sobre el arte y las obras de arte.

 

  • Queremos iniciar la entrevista haciendo una aclaración al lector, últimamente oímos mucho el término “álbum ilustrado”; en cambio hace unos años hablábamos de cuentos infantiles ilustrados. ¿Se trata de una moda o existe realmente alguna diferencia entre ambos conceptos?

No creo que sea una moda. Aunque se escuche más de un tiempo para acá, el término de “álbum ilustrado” creo que va ligado al auge paralelo que ha tenido  la literatura infantil.

Los cuentos ilustrados de toda la vida han sido libros donde el texto va acompañado de ilustraciones que reflejan la historia que se está narrando, pero éstas no son imprescindibles. El libro podría leerse igualmente bien si no tuviera imágenes, tienen una función sólo estética. Normalmente el texto se escribe primero y a partir de él se crean las ilustraciones.

En los álbumes ilustrados texto e ilustración se integran, dependen uno de otra. La imagen es imprescindible, enriquece y  complementa al texto, incluso predomina muchas veces. El lector debe interpretar más allá de las palabras. La historia se apoya fundamentalmente en la ilustración, además texto e imágenes suelen crearse a la vez o el mismo autor escribe e ilustra.

 

  • Este es el primer álbum que has ilustrado completamente al 100% ¿Cómo ha sido la experiencia?

Primer volúmen de la colección “Cuadros que cuentan”

La verdad es que no lo he podido disfrutar más. Desde el inicio del proyecto, los bocetos, el color, los detalles y anécdotas,  ir viendo cómo cobraba vida una historia tan bonita que me tocó el corazón desde que la leí por primera vez, porque además tanto  mi marido como yo tuvimos abuelas que se llamaban Carmen y que fueron personas muy importantes en nuestras vidas.

Y como no, la satisfacción de trabajar con total libertad junto a alguien que ha confiado en mi trabajo, que me ha dado la oportunidad de poder expresarme de la forma que más me gusta con uno de sus maravillosos relatos. Mil gracias, Mary Carmen Delgado Barranquero.

Una experiencia súper bonita que repetiremos en los siguientes volúmenes de la colección, aunque este primero siempre tendrá un lugar muy especial en mi corazón.

 

  • ¿Qué crees que aporta la obra “Cómo nacieron las estrellas de mar” al panorama de la literatura infantil? Actualmente hay muchas publicaciones nuevas al año ¿Qué piensas que diferencia a esta obra en el entorno literario y la convierte en única? ¿Dónde situarías esta obra dentro de las publicaciones de literatura infantil y juvenil? Y ¿Dónde piensas que te sitúa esta obra a ti como ilustradora?

Pues, aunque no sé si será única, creo que  “Cómo nacieron las estrellas de mar” aporta una visión diferente del álbum ilustrado como objeto en sí, pues el diseño de su portada se ha pensado para que represente un Cuadro que Cuenta, una historia enmarcada que se pueda colocar físicamente en cualquier rincón, estantería o pared con las sujeciones apropiadas y que encierra dos bonitas historias, partiendo una de ellas de un cuadro que está en la pared.

Por otro lado, el lector debería ser el que sitúe esta obra dentro de las publicaciones de literatura infantil y juvenil, una vez la conozca e interprete. No me gusta encasillar, además pienso que este álbum no tiene edad, que es para todos los públicos.

Una vez se vaya conociendo el libro la gente me irá conociendo paralelamente también a mí, una ilustradora que está empezando, casi desconocida hasta el momento pero con unas ganas de crear, comunicar y expresar enormes; ávida de nuevos proyectos y de gente que apueste por mi trabajo.

 

  • ¿Qué destacarías de tu currículum como ilustradora? ¿Cuál piensas que es tu mayor talento como ilustradora?

De mi corta trayectoria como ilustradora, aparte de este álbum donde he podido realizar todas sus ilustraciones así como la maquetación al completo, ha tenido una gran relevancia el álbum ilustrado “Hada de Estrellas” de Concha Estellés, porque fue el primero donde tuve el placer de participar y conocer a otras grandes ilustradoras, metiéndome más de lleno en este campo.

Hay una pregunta que no ha respondido M.Carmen Mórdom y que desde la editorial Apublicar, ya que conozco a Mórdom, me voy a permitir contestar. El mayor talento que he descubierto en M.Carmen Mórdom es su enorme creatividad, una sensibilidad extrema que le permite plasmar una gran belleza a su creación y un perfeccionismo que imprime en todo lo que hace creando entornos repletos de detalles, ricos y que son un deleite para el observador. Por último, pero no menos importante, destacaría que tiene un capacidad innata para adaptarse a nuevos retos lo que hace posible que su obra sea compleja y completa. Este proyecto no es algo habitual, ni el concepto de que parte ni la idea es lo que suele aparecer en un álbum ilustrado y M.Carmen Mórdom captó rápidamente la nueva idea y se puso a crear completando el universo creado.

 

  • Parece que encontramos más ilustradores en novela gráfica y más ilustradoras en álbum ilustrado infantil o juvenil ¿Cuál piensas que es la razón?

No me había parado a pensarlo ni contabilizarlo, pero imagino que las mujeres ilustradoras, por su condición de madre en su mayoría, tendrán más sensibilidad y cercanía al mundo infantil y juvenil, volcando su arte muchas de ellas en este campo.

 

  • Hubo un tiempo en el que se pensó que había una razón científica para el hecho de que hubiese más pintores que pintoras. Según algunas versiones parece que el cerebro masculino tiene una predisposición a la percepción e interpretación espacial más desarrollada que el femenino, lo que le permite mayor facilidad para realizar una obra pictórica, desarrollo de la perspectiva… ¿Crees que es cierto?

No sé lo que tendrán de cierto esas versiones supuestamente basadas en razones científicas. A mi parecer todo se fundamenta en el papel secundario que siempre se le ha dado a la mujer, menos reconocida prácticamente en todos los sectores aunque seguramente con sentidos más desarrollados que el hombre en otros campos como la sensibilidad, meticulosidad, precisión…

 

  • Y ahora para cerrar, este es el primer volumen de la colección “Cuadros que cuentan” ¿Cuándo supiste que querías realizar este proyecto? me imagino que algo debió enamorarte de él ¿es así?

Bueno, en cuanto Mary Carmen Delgado me lo propuso acepté sin dudarlo aun sin saber todavía los detalles del proyecto. Primero porque la propuesta venía de ella, una autora que me encanta, que rebosa creatividad y en quien confío plenamente y después, porque me cautivó la originalidad de emplear un concepto de fusión de lo que son mis dos pasiones, la pintura y la ilustración, creando Cuadros que Cuentan, una colección de álbumes ilustrados que crearán la Galería del Cuentista.

Y como no, deseando comenzar ya con el segundo título de la colección, aún por determinar.

 

Te recomendamos que no te pierdas esta maravillosa obra y sus ilustraciones, si quieres te la llevamos a casa.

.

 

¿Cómo elijo al ilustrador o ilustradora perfecto para mi obra?

¿Cómo saber qué ilustrador es el adecuado para mi libro?

Enrique Carlos Martín ilustrador con varios libros publicados en su haber, ha accedido a hacer este artículo para los seguidores del blog de Apublicar. Le he pedido un par de cosas aparentemente sencillas, pero que son la causa de muchos quebraderos de cabeza. La ilustración no es sólo para una novela gráfica o un libro infantil, la ilustración tiene muchas más posibilidades que a veces no se aprovechan por desconocimiento.

Ahora entrando en faena quiero mostrar la experiencia y opinión de  Enrique Carlos ¿Qué consejo darías a los escritores acerca de la ilustración?

 

Enrique Carlos Martín, Ilustrador y escriitor

Enrique Carlos Martín, Ilustrador y escriitor

Yo llevo muchos años ilustrando. Es lo que tiene ser ilustrador. Pero hete aquí que también escribo. Cosas de la vida.

Y tú me dirás, “¿pues entonces, para qué te vas a preguntar esto? Te ilustras tú y punto, ¿no?”.

Y yo te respondo, como si me apellidara Ozores, “¡no hija, no!”

Bueno, sí.

Pero no.

A ver, no se me amontonen, que lo explico.

Hasta ahora me he ilustrado yo mis libros a mí mismo, mismamente. Cierto. Pero me he planteado más de una vez buscar ilustrador.

Como ilustrador, tengo unos registros concretos. Puedo, a base de profesión, intentar emular otros, pero nunca darán el mismo resultado.

Por mucho que yo quiera, no me saldrá ni a tiros la personalísima visión realista de Abel Ippólito, o la elegancia gráfica de José Luis Ágreda. No podría ni por asomo conseguir el hiperrealismo de Albo López ni la pintura emocional de Patricia Metola.

Abel Ippólito agita tus emociones con su visión personal de la vida real.

Abel Ippólito agita tus emociones con su visión personal de la vida real.

José Luis Ágreda o cómo plasmar cualquier cosa con clase y distinción.

José Luis Ágreda o cómo plasmar cualquier cosa con clase y distinción.

Albo López va más allá de la cámara fotográfica con un bolígrafo.

Albo López va más allá de la cámara fotográfica con un bolígrafo.

Patricia Metola y su pellizco emocional.

Patricia Metola y su pellizco emocional.

 

 

 

 

 

 

 

 

Mi trabajo, pulido a lo largo de años de encargos y horas de divertimento personal (todo hay que decirlo), me ha llevado a conformar un estilo, un abanico gráfico y un lenguaje personal del que difícilmente puedo salir. O mejor dicho, puedo franquear sus fronteras, pero siempre se notará que soy extranjero en esa nueva tierra.

Y entonces voy, y escribo algo que no se encuentra en ese círculo que manejo como ilustrador.

Pero… ¿cómo sé que mi dibujo no es el adecuado para mi texto?

Ven. Demos un paso atrás para contemplar el asunto. Cuidado, no me pises.

Hay obras con trasfondo realista y crudo, para adultos, que se han dibujado con ilustraciones que valdrían para un público infantil, y funciona.  Por poner un ejemplo, ahí está: “Maus” de Art Spiegelman, premio Pulitzer en 1992.

No hay que acudir a un estilo realista y barroco para tratar conceptos filosóficos o escritos clásicos, como demuestra, por ejemplo, el gran Max, capaz de simplificar de manera envidiable.

Podemos encontrar humor en dibujos para obras literarias que se podrían calificar como “serias”, como el que trasmite el inefable Carlos Nine.

Son ratoncitos y gatitos. Pero Art Spiegelman no te cuenta un cuento.

Son ratoncitos y gatitos. Pero Art Spiegelman no te cuenta un cuento.

Max navega entre lo poético y lo perturbador.

Max navega entre lo poético y lo perturbador.

El inefable Carlos Nine a los pinceles.

El inefable Carlos Nine a los pinceles.

 

 

 

 

 

 

 

 

No parece haber nada que limite la ilustración para cualquier obra escrita, sea para el público que sea (infantil, juvenil o adulto) ni al género que se circunscriba (noir, cifi, terror, histórico, romántico…). Podemos encontrarnos ejemplos extraordinarios a patadas, aunque recomiendo que se haga de forma más civilizada.

Colores brillantes para textos oscuros, geometrías para explicar las emociones, manchas pictóricas para obras de no ficción…

Y después de todo esto, ya sé lo que pensarás: “¡vale, tío, vaya brasa me estás dando! ¡Todo para decirme cómo saber si encaja o no el dibujito de marras!”

Vale, pues tú, fuera de esta lectura.

Tú, la que no protestas, quédate que eres un encanto.

¿Entonces? ¿Si “todo vale”, qué criterio podemos seguir para decir que tal ilustración no encaja con tal texto? (es lo mismo que ha dicho el expulsado, solo que con educación).

Tenemos varios aspectos que podemos plantearnos. Te cuento un par.

Por un lado, el público lector al que queremos llegar.

Si bien es cierto que se hace de todo y no se puede hablar de limitaciones para la ilustración, también es cierto que podría ser que a tu posible público no le atraiga determinadas trasgresiones.

O al contrario.

Ahí lo dejo.

De momento.

Porque, por otro lado, está lo que aporta la ilustración al texto.

Una ilustración puede acompañar al texto sintonizando con su estilo, forma y fondo. Será algo así como una ayuda visual. Sitúa, amplía, comenta gráficamente. Un agradable colega de viaje.

También, puede provocar una ruptura. Un cambio de sentido del camino que toma el texto. Es una visión personal del artista ilustrador sobre los conceptos que maneja la obra escrita, que da al libro una nueva dimensión. Plantea preguntas, obliga a otros puntos de vista. Aporta a otro nivel.

En casos puntuales podemos encontrarnos, incluso, que el texto sin la ilustración no se podría comprender. Y al contrario. Aquí letra y dibujo forman partes forzosamente complementarias en la obra. Los artistas (escritor e ilustrador) no sólo trabajan al mismo nivel, sino que completan la obra de forma indefectible.

¿Mi recomendación para decidirte por un ilustrador o tipo de ilustración para tu libro?: busca ejemplos de ilustraciones que te atraigan (por ejemplo en librerías, bibliotecas o encomiéndate a San Internet), dale vueltas a estas reflexiones, piensa qué querría ver tu público lector y qué te gustaría a ti que aportara la ilustración al texto. Y charla sobre ello con los ilustradores que contactes. Que no muerden, mujer (la mayoría).

Aunque para esta incógnita siempre tendrás una brújula a mano, que yo te animo a seguir si te atreves.

Escucha lo que te dice tu corazón.

(nota: sí, es una frase de uno de los personajes de la peli de los Coen, “Muerte entre las flores”, me he dado cuenta después. Pero me ha quedado mono, así que no la quito).

Si te apetece saber más del tema, échale un ojo con el resto del cuerpo incluido a este artículo. Espero que te sirva. ^___^

https://enriquecarlosautor.com/claves-para-encargar-ilustraciones/

Y si ya sabes qué ilustrador es adecuado para tu libro, y te apetece contármelo, no te cortes. Así hacemos comunidad. ^__^

Enrique Carlos Martín (ilustrador y escritor)

Concursos literarios ¿salen rentables a los autores o a los organizadores?

Concursos literarios ¿a quién benefician?. Ilustración de Pilar Dueñas

Concursos Literarios: esta ilustración  es un regalo de Pilar Dueñas para los lectores de Apublicar, y pone de manifiesto su enorme talento, que ha sido reconocido por distintos jurados de concursos literarios.

¡Concursos literarios! ¿Qué pasaría si gano un concurso literario?

Para esta entrevista he elegido a Pilar Dueñas por ser ganadora de concurso literario, ilustradora y escritora. Su experiencia es fundamental para conocer de primera mano cómo puede afectar a tu carrera ganar un concurso literario.

Sin más preámbulos te dejo con Pilar, qué es la importante en este post, a continuación te presento las preguntas para que se defina,  y ya verás la genialidad de sus respuestas para darse a conocer:

¿Qué estudiaste?
¿En qué trabajas?
¿Cuándo comienzas a pintar?
¿Cuándo comienzas a escribir?
¿Cómo te definirías brevemente?
¿Quién te ha marcado más como artista?
¿Dónde naciste, te has criado?
¿Quién es M Pilar Dueñas Caro?
¿Por qué eres artista?

Ante todo, un saludo a todos aquellos que tienen a bien leer esta entrevista para conocerme.

Nací en Sevilla aunque en mi dni figure el municipio sevillano de La Campana, a 60 kilómetros de la capital, donde viví hasta los seis años. Mis orígenes son muy humildes pero mis padres se preocuparon siempre de darme una buena educación y de que jamás descuidara mis estudios. Fui buena estudiante e incluso quise hacer Derecho pero en el instituto se interpuso, bendito sea, mi profesor de latín, Don Patricio, que acabó por convencerme de que mi destino era la Facultad de Bellas Artes. Al fin y al cabo, desde que puedo recordar siempre destaqué en la faceta de dibujante. Así que si me preguntáis cuándo comencé a pintar o a dibujar os diré que en la barriga de mi madre.

En cuanto a la escritura, me di cuenta desde muy niña que me expresaba mejor escribiendo que hablando (menos mal que no estudié Derecho, no creo que ningún juez me hubiera aceptado un croquis de los hechos del delito). Me encantaba leer cuentos ilustrados y tebeos, y todo lo que me pasaba o pensaba lo escribía. Recuerdo que en el colegio, en un examen de sociales, me puse a explicar un conflicto armado mediante un diálogo entre los soldados, asombrosamente lo aprobé. Después hice lo mismo en el instituto con uno sobre El Quijote y también aprobé. Lo raro fue cuando en las oposiciones para el Cuerpo de Enseñanza Secundaria inicié la prueba escrita citando a Aute con aquello de “Cine, cine, cine, más cine por favor, que toda la vida es cine, que toda la vida es cine y los sueños cine son…” ¡Y aprobé! Bueno, el tema iba sobre escenografía.

Desde hace once años soy profesora de Educación Plástica, Visual y Audiovisual en el IES López de Arenas de Marchena (Sevilla). Buena gente los marcheneros pero tengo que decir que estuve viviendo y trabajando durante siete años en diversos institutos de Extremadura, tierra que considero mi segunda casa.

Me considero una persona sencilla y con un gran sentido del humor. Dibujo porque me gusta y forma parte de mi ser, escribo porque disfruto. Los escritores y los artistas plásticos tienen algo en común y es que cuentan historias. Quién, ante un cuadro de Velázquez, Murillo, Goya, Gericault, Toulose-Lautrec, Degas o mil más, quién no ha conocido una historia nueva. Quizás por eso muchos rechazan erróneamente el arte abstracto, porque piensan que esas obras no les cuentan nada, y están muy equivocados. Las formas, los colores, la composición, el movimiento pueden introducirnos en espacios imaginarios muchos más productivos de historias, una especie de País de las Maravillas en el que nosotros podemos ser los protagonistas.

Por otra parte, considero que la literatura infantil es la base de los futuros lectores y escritores. Nadie lee a Borges, por decir alguno, a los siete años. Todos hemos aprendido a leer con algún cuento ilustrado sobre un pollito o una princesita y nos ha gustado ver cómo eran esos personajes para no olvidarlos nunca. Después hemos adquirido capacidades para enfrentarnos con textos más largos y entonces es nuestra imaginación la que ilustra la historia. Recuerdo los cuentos de Perrault, de Andersen, de los Grimm, etc. que aún hoy inundan nuestro imaginario; Gloria Fuertes, que nos acercó a la poesía; Enid Blyton, que nos embulló en un mundo de aventuras. Ilustradores como Gustav Doré (por mencionar alguno rimbombante), mi adorada María Pascual; dibujantes como Ibáñez, Escobar, Quino, Shultz…, la lista es larga. Me choca que no hayan concedido aún un Nobel de Literatura a un escritor dedicado a los niños o a los jóvenes (el momento quizás esté cerca, dado que ahora se han dignado a dárselo a un cantautor).

Cuando decidí sacar del cajón mis pequeñas historias lo hice como el padre que lleva a su hijo a jugar al parque por primera vez, a ver cómo se comporta, a ver con qué otros se relaciona y si gustará a los demás; en definitiva, a que se airee, a que vea mundo. Y me di cuenta de que los personajes y sus historias tomaban forma, yo misma me los creía. En cualquier caso siempre tengo ese complejo de “no-filóloga”, las ilustraciones bien pero ¿y el texto? Entonces pienso en Chejov, en Kafka, en Miguel Hernández, en Saramago, cuyas primeras actividades profesionales no hacían pensar precisamente en literatura, y se me quita la vergüenza.

Así que si me preguntáis cómo me definiría diría que como una “desvergonzada contadora de historias de interior que saca a sus chicos a pasear”.

Ahora que conoces un poco a Pilar Dueñas, vamos con la entrevista y atacamos con los “concursos literarios”:

1. ¿Cuántos libros has publicado?

Mis cuentos aparecen en cuatro publicaciones. Tres de ellas son recopilaciones de relatos y uno es un álbum ilustrado donde el texto y las imágenes son mías. Además he sido la ilustradora de una colección de temática cofrade y de las portadas de las publicaciones de ganador y primer accésit en un concurso de relatos breves.

2. ¿A cuántos concursos te has presentado?

Algo más de una decena de concursos, tampoco son demasiados. Participar en concursos literarios lleva su tiempo, al menos para mí. Deben ser textos inéditos y originales, a veces con alguna temática y con una extensión mínima que igual no coincide con la de relatos que ya tienes escritos. Por tanto hay que ponerse manos a la obra.

Los más difíciles son los concursos de cuentos ilustrados en los que, si tú eres escritora e ilustradora como es mi caso, te lleva mucho tiempo, tanto por el texto, que debe ser interesante, como para las ilustraciones, que deben ser atractivas.

3. ¿Cuántos de tus libros publicados son ganadores de concursos?

Solo he sido ganadora de uno, el Concurso Cuentos para la Igualdad” 2011 convocado por el Excelentísimo Ayuntamiento de Dos Hermanas (Sevilla). Es un cuento ilustrado llamado “Papá quiero ser…”, cuyo premio incluía su publicación en papel y que sirvió posteriormente como motivo para la realización de unidades didácticas que se tratarían en los colegios de la localidad en el curso siguiente.

También he sido finalista en otros dos: el IV Premio Opticks Plumier de Relato Ilustrado con “¡Oh, Medusa mía”, que aparece en la publicación que recopila los relatos ganadores y finalistas. Y en el XXII Certamen de Relatos Cortos convocado por el Ateneo de Sanlúcar de Barrameda con “Un amante de vinos”.

4. ¿Cómo definirías tu experiencia en los concursos?

Es interesante. Al principio te lo tomas como un reto, un desafío, y comienzas a escribir pensando que te los vas a llevar de calle. Después, como en cualquier proceso creativo, llega un momento en el que crees que lo que estás haciendo es una auténtica pamplina pero sigues adelante porque, al fin y al cabo, te lo has propuesto. Por último, lo mandas con cara de idiota, toda ilusionada. Lo peor es la espera de la publicación del fallo del jurado, tienes que olvidarte de que has participado, de lo contrario andas como loca, consultando cada dos por tres el móvil. Y creedme, que tengas que leer el fallo del jurado en una publicación no presagia nada bueno ya que a los ganadores y finalistas se les hace saber antes de hacerlo público. Lo que pasa es que cuando recibes una llamada o un mail comunicándote que eres ganadora o finalista es un subidón de adrenalina y de serotonina tan grande que te parece que la cabeza te va reventar.

5. ¿Recomendarías participar en concursos?

Claro, ¿por qué no? Posiblemente el porcentaje de posibilidades de que ganes es muy bajo pero al menos no es el cero absoluto, que es lo que tienes cuando no haces nada. Por el ritmo de vida o los quehaceres cotidianos, muchas personas a quienes les gusta escribir o crear no encuentran nunca el momento de hacerlo. Un concurso se convierte en el empujón que necesitas para obligarte, para encontrar un ratito y buscarte “una habitación propia” como decía Virginia. Y si te presentas a diez concursos y no ganas ninguno, pues ahí tienes diez relatos que has escrito tú, que son tuyos, tu pequeña obra. Es lo que hacemos lo que nos convierte en lo que somos, si cantas eres cantante, si escribes eres escritor, si lo haces mal el no hacerlo no te va a mejorar.

6. ¿Qué debemos revisar a fondo antes de presentar nuestra obra a un concurso?

Primero hay que leerse muy bien las bases y no solo porque te puedas equivocar sin saberlo en la extensión o en el tema o en el tipo de fuente. Hay que ser positivos y podemos pensar en que tenemos posibilidades de ganar pero ¿y si el concurso lo convocan en un pueblo de Galicia y es indispensable para que te lo den que vayas a personarte? Si eres de por allí quizás puedas acercarte pero si no, a lo peor tienes que declinar la invitación. Y parece una obviedad pero hay que conocer pequeños detalles como dónde colocar la sangría si es el inicio del primer párrafo o el de los siguientes; cuándo utilizar comillas y de qué tipo; cómo utilizar los guiones, qué espacio dejar entre estos y la primera palabra, etc. No sé, pequeñeces que pueden parecer tontas pero que son indispensables, no todo se reduce a expresarte bien. En la mayoría de los casos los organizadores no disponen de correctores y el jurado no se va a molestar en corregir. Pero hay un truco: abrir un libro y fijarte en esos detallitos.

7. ¿Nos explicarías tu proceso creativo? ¿Qué te gusta más ilustrar o escribir? ¿por qué ilustrar?

Pues, a mí me enseñaron que primero hay que pensar en el tema y que tienes que saber de dónde vas a partir y adónde quieres llegar. Pero yo, como soy bastante ácrata en casi todo, lo que hago es dejarme llevar. Bueno, sé de qué o de quién quiero escribir pero se me van ocurriendo ideas sobre la marcha. Parecía un mito pero es verdad, los personajes pueden tomar vida propia y hacer lo que les dé la gana.

Después, si hay que ilustrar pues, lo normal, se toman los momentos más importantes de la historia y se representan. A veces, lo que primero se me viene a la cabeza son las ilustraciones y entonces escribo sobre ellas. Esta parte, para mí, es la más fácil, solo hay qué pensar en qué o a quiénes representar, el gesto, la expresión, el movimiento, los detalles, la metáfora, el significado implícito, el explícito; la forma, el color, la textura,…ah, la representación del espacio, la perspectiva, la angulación… En fin, nada, una tontería, ¡dibujitos!

8. ¿Qué te inspira? Y eso de perseguir un perfume… que no se te olvide explicarlo, me resulta muy evocador.

Me inspiran las personas, como a cualquiera. Pero también me inspiran los sentimientos, como a cualquiera también. Pero casi que me inspiran más los malos sentimientos, la envidia, el odio, la crueldad, la vanidad, la fealdad…Vaya, creo que no soy muy original porque los cuentos clásicos están llenos de esos sentimientos. Ahora con la cosa de lo políticamente correcto y la educación en valores los cuentos infantiles son un poco más blanditos pero donde se ponga un buen lobo come niños que se quite Caillou.

Y en mi vida cotidiana me inspiran mucho los olores. El café recién hecho por la mañana, la ropa recién sacada de la lavadora, el olor de las calles cuando llueve, la colonia de mi marido. A propósito de esto último, soy coleccionista de muchas cosas menos de los frascos de perfume y tengo más de cien. Estos me los han ido regalando o los he ido comprando yo porque toda mi vida he buscado un olor, un perfume, y no consigo dar con él. Algunos se le parecen pero dejan de hacerlo cuando pasa el tiempo, quizás ese olor que persigo solo exista en mi imaginación, quizás tendré que dibujarlo.

9. ¿Qué opinas del concepto “calidad literaria”?

Pues, por seguir con la comparativa entre escritura y arte plástico, creo que la calidad literaria depende mucho de la época, de los gustos, las tendencias, los cánones. Por poner un ejemplo tonto, si Ingres hubiera podido ver la obra de Picasso, le hubiera dado un pasmo al pobre hombre. Igual si Lope de Vega formara parte del jurado de un concurso de poesía y cayera en sus manos una de García Lorca, quizás no habría “tranxilium” para tranquilizarlo. Todo evoluciona, desde luego, pero de lo que estoy segura es de que Picasso estudió la obra de Ingres y de que Federico hizo lo mismo con la de Lope de Vega. Si los cimientos están bien hechos podemos construir rascacielos.

 

Y yo ante semejante despliegue me he quedado sin palabras, de hecho la entrevista la firma Pilar porque este trabajo considero que es más suyo que mio, yo sólo suscribo por tratarse de mi idea y porque la estructuración del tema ha sido mi obra, pero nada más. Pilar además de abrir la puerta de su alma de artista, te ha regalado parte de su arte, la ilustración de este post es suya, la ha cedido a los lectores de Apublicar. En este último caso y con total certeza te recomiendo que antes de publicar… revises Apublicar.

M. Pilar Dueñas Caro

Asunción Sánchez Monclova