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Elogios al agua de Manuel Haro Campos

En esta ocasión nos trae al blog cumplir el objetivo con el que se formó esta editorial: dar a conocer el talento de los escritores y escritoras para enriquecer este mundo.

Vamos a compartir un relato inédito de uno de nuestros autores publicados. Queremos agradecer a Manuel Haro el material cedido para compartir con todos los lectores.

Elogio al agua

Tu nombre natural es agua, el H2O, especifica tu ADN; de genes y cromosomas careces. Infinidad de apellidos tienes, entre otros: Agua del avellano, agua de rosas, agua de azahar, agua de azucenas, agua de coco, agua de perfume, agua de licores, en piedras preciosas eres la dama (agua marina). En lo divino eres bendita y en el santoral la más alta: Agua de las Angustias, Agua Bella, Agua de las Nieves, Agua Santa.

Viniendo de tan alta estirpe, humilde en aprecio eres; socorres las adversidades; apagas la sed, el fuego y el llanto. Aunque seas quisquillosa al tacto, tu recuerdo queda mojado.

Con el calor eres valiente, pero si llega el exceso, estando libre, sin tener alas, te vas volando; o si encarcelada, estallas o revientas. Admisible con el frío, pero si es intenso no te abrigas para no pasarlo, le haces cara, te disfrazas y transformas.

No eres exigente en el trato, tu consistencia se adapta a todas las circunstancias.

Agua, estando mansa y siendo pura eres divina, insípida, incolora e inodora; en grandes masas tus virtudes cambias, verdosa o azulada te pones. Cuando andas con malas compañías, impetuosa eres; intervienes en entoleras, tempestades, tormentas, vendavales, huracanes, aluviones, maretazos, remolinos, tornados, marejadas, tifones, maremotos y hasta con terremotos ligas. Terminas destrozada, rendida y pobre. No te metas en malas faenas, que avergonzada y asquerosa quedas. Tú a tus trabajos nobles, blanquear las sierras, regar los campos, bañar los mares; y si te quedan fuerzas, baja rápido por las canaletas y empújale al rodezno con brío, para que el molino ande y muela trigo, que pan no falte.

En estado líquido, de las tres cuartas partes del globo terráqueo eres el alma, si a ello se suma los estados sólido y gaseoso eres la más grande; en todos los sitios te hallas. Tan poco valor como te dan, sin ti el mundo no seria nada.

Agua que según tus componentes, pobre o rica eres; agua que aplaca la sed y despierta el ánimo, agua qué, en compañía de la medicina a la salud aúpa, agua que ríe, agua que llora, agua que gime, agua muda, agua sorda, agua que canta, agua lisa, agua risada, agua dura, agua blanda, agua fría, agua tibia, agua caliente, agua fina, agua gorda, agua firme, agua falsa, agua de lluvia, agua de nieve, agua helada, agua arriba, agua abajo, agua negra, agua blanca, agua brava, agua mansa, agua dulce, agua amarga, agua turbia, agua clara, agua menor, agua mayor, agua seca, agua mojada, agua de placer, agua borrajas, agua que crece, agua que mengua, agua escondida, agua hallada, agua que mana, agua que afluye, agua filtrada, agua chorreada, agua que corre, agua que anda, agua parada, agua que duerme, agua despierta, agua viva, agua muerta, agua de salud, de remedio, de lágrimas. Agua, que a todos los reinos da vida.

En Granada todo es posible, hasta el agua que de del cielo cae y los veneros paren, que al pasar por sus estados, sólido, líquido y gaseoso; se transforma en gracia.

Las nubes que del firmamento cuelgan, preñadas de agua se opacan, borrando ante el Sol, la faz de la tierra.

En la sierra como nieve duerme, en hielo se funde, en carámbanos adorna, escarcha se borda, en borreguiles, chortales y humedales se macera, y en rocío despierta con la aurora.

Líquido que alegra el alma, cuando de las entrañas de la tierra a borbotones salta; se juntan los afluentes vecinos, y animados todos se marchan; por cascadas, chorreras y saltos se descuelgan; y por los arroyos, barrancos, torrentes, ramblas y ríos andan; las presas y remansos los pies les paran.

Agua, que por los surtidores alegres salta, al caer por las fuentes baila, por las cunetas anda, por los chorros despavorida corre, por las acequias tranquila pasa, por las estrecheces se angosta, por los azarbes se ensancha, por los canales y regueras se va, se vierte en azacayas y por los desagües se marcha. Los cangilones de las norias, en pesillo la alzan, los acueductos con su experiencia en volandas la pasa; y por último, las canaletas, en rebalaje, al cárcavo la bajan.

Se almacena en la atmósfera, en el mar, en lagos, lagunas, pantanos, balsas, azudes, albercas, cauchiles, vados y en aljibes y pozos descansa. También en cántaros, que montados en el borriquete de las aguaderas, a la sombra fresca la guardan, así como en pipotes, como en Granada se llaman.

Soy agua, que sin tener vida propia, el cielo me alumbra, y la tierra me añora.

“Ni fea ni guapa soy, la naturaleza así me hace, y contenta estoy.”

 

Con esta profunda reflexión sobre un sencillo elemento y su abrumadora presencia en todo lo que nos rodea y constituye os dejamos. Si queréis conocer al autor de este relato os recomendamos  leer sus obras:

Para pedir Granada en pipirrana de Manuel Haro pincha en la imagen

Para pedir el Quijote de mi abuelo de Manuel Haro pincha en la imagen.

Realmentes solo se puede conocer el universo mágico que cada autor o autora aporta a este mundo leyendo su obra.