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Calidad literaria ¿mito? ¿realidad? o simplemente un término obsoleto

“Calidad literaria” o la tiranía de la opinión ajena.

 

En este post me voy a permitir hablar de mi opinión. Después de hablar con bastantes autores, todos coinciden en la preocupación que genera la opinión de  lectores, críticos, agentes,… Todos ellos tendrán una opinión de un libro leído. Mi pregunta es: ¿existe algo ajeno a la opinión? ¿Hay algo, además de la opinión?

Bien, partiendo de un texto escrito con corrección gramatical, tengo que decir con toda contundencia que el resto es opinión (según la mía propia). El concepto “calidad literaria” requiere de una objetividad que está lejos del ser humano, incapaz de percibir la realidad sin sus propias limitaciones, miedos, gustos, necesidades, sueños, esperanzas…

Si realmente la calidad literaria fuese un concepto en valores absolutos, sería fácil definirlo y todos sabríamos en qué consiste. Entonces, no tiene sentido que autores muertos sin reconocimiento, pasado un tiempo, tengan el galardón de “calidad literaria”.

Vamos a empezar por la definición:

  • Calidad literaria, según Arturo Pérez Reverte “Decir que lo que lee mucha gente no es buena literatura es como decir que un libro no puede ser bueno si provoca muchas ganas de leerlo. Un escritor de verdad no tiene otra cosa que su artesanía. Y un escritor sin lectores desaparece. La única posibilidad que tiene este artesano es que lo lean. Lo que hay que darle al lector es algo que realmente le interese.” 
  • Calidad literaria según Ildefonso Falcones “«Yo no me meto en temas como la calidad literaria, que es algo subjetivo, lo único que me interesa es que la gente se entretenga y que se olvide de todos sus problemas. Utilizar el lirismo escribiendo es sencillísimo. Hacer lo contrario, escribir con un lenguaje rápido, útil, inteligible y que oirigine sensaciones en el lector, eso es lo más difícil para mí».
  • Calidad literaria con todos a debate: Escritores (Goytisolo, Azúa, Guelbenzu, Gopegui, Navarro y Montero Glez), críticos (Senabre y Echevarría) y editores (Moreno y Herralde ¿y sabes lo mejor?: según Julia Navarro: “Algunos gurús culturales reparten patentes de calidad. Y detrás de esa actitud hay grandes dosis de arrogancia y, a veces, grandes errores”. Podríamos seguir así un buen rato, pero no te quiero aburrir.

Calidad literaria como de Herramienta de poder que usan unos cuantos

Si entendemos la literatura como un vehículo, que valiéndose de las letras y reglas gramaticales como instrumentos, nos permite establecer un puente con el lector para que el contenido viaje, ¿dónde queda la calidad literaria? ¿realmente afecta a la ecuación? ¿Por qué no dejamos que sea el lector el que decida? A fin de cuentas, desde que el mundo tiene recuerdo de sí mismo, hemos usado las historias para transmitir conocimiento, sabiduría, tradiciones… o, simplemente, para entretener. Y después de tanto recorrido, seguimos haciendo exactamente lo mismo; eso sí, con un millón de vueltas más para rizar el rizo.

Después de toda esta parrafada, quiero dejar claro que: “calidad literaria”, bueno o malo en referencia a un texto son términos obsoletos.

Todos tenemos opinión y tenemos derecho a tenerla; pero de ahí a intentar sentar cátedra, hay un abismo.

Aquí lo dejo y espero tus opiniones, en esta ocasión como recurso en Apublicar te regalo libertad para escribir y crear. Antes de publicar… revisa Apublicar.

Asunción Sánchez Monclova